jueves, 20 de febrero de 2014

La vitamina D en nuestro organismo en invierno


Con menos horas de sol en invierno nuestro cuerpo se resiente. Especialmente la falta de vitamina D necesaria a nuestra salud, cuyo aporte se debe en gran parte a los efectos de los rayos ultra violetas del sol. ¿Cuáles son las consecuencias de la carencia de vitamina D y cómo remediarlo?

 


¿Qué es la vitamina D y para qué sirve?

La vitamina D es una vitamina liposoluble, es decir soluble en grasas e interviene en la absorción del calcio, del fósforo y del magnesio por parte de nuestro organismo. Permite a nuestros intestinos y a nuestros riñones absorber estos elementos y ayuda a la fijación del calcio en los huesos, los dientes y refuerza las defensas inmunitarias. Esta vitamina es necesaria para la buena salud de nuestros huesos. Los principales medios para sintetizar la vitamina D en nuestro organismo son la exposición solar y en menor medida, la alimentación. Es pues un elemento imprescindible para evitar el raquitismo (en niños) y la osteoporosis (en adultos). Estas dos enfermedades se caracterizan por una descalcificación ósea, es decir una debilitación de los huesos. Se recomienda un aporte suplementario de esta vitamina en niños y personas mayores que necesitan fortalecer sus huesos.

¿Estamos faltos de vitamina D?

En los meses de invierno nuestra tasa de vitamina D es más baja debido al acortamiento de los días que reduce al mínimo nuestra exposición a luz solar, por los que podemos llegar a sentir determinados efectos como fatiga, dolores musculares o estados anímicos bajos. Los sujetos con más riesgo son las personas mayores y los niños pero también toda persona que pasa su día trabajando en interiores y sale del trabajo ya de noche.

¿Cómo remediar este déficit de vitamina D en invierno?

Para paliar esta carencia de vitamina D, existen varios remedios. Con menos horas de luz solar, tendremos que activar la síntesis de esta vitamina de otra manera, una de las más eficaces es la alimentación. Para compensar esa falta, tendremos que favorecer la ingestión de alimentos ricos en esta vitamina. Mantequilla, pescados grasos (o azul), aceite de hígado (de bacalao) entre otros aportan cierta cantidad de esta vitamina pero es bastante complicado alcanzar el aporte diario recomendado. En los meses invernales se recomienda compensar este déficit de aporte vitamínico con complementos alimenticios.

Estos complementos vitamínicos son ideales para paliar la carencia de vitamina D y se pueden tomar en forma de cura estacional varias veces al año con el fin de evitar la disminución de esta vitamina en nuestro organismo.

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